Esta es una de obras más antiguas del arquitecto Gaudí, junto a la Casa Vicens de Barcelona. Aquí plasmó lo que para él era la casa ideal realizando un estudio perfecto de los espacios e integrando la casa y cada dependencia según su entorno y el uso. Por supuesto, tuvo que tener siempre presentes los gustos y necesidades del promotor.
Aunque es conocido como El Capricho este emblemático edificio es y fue Villa Quijano y sufrió con el paso de los años numerosos cambios decorativos y de distribución a causa de los herederos que a lo largo de los años fueron ocupando la casa. El cambio más llamativo fue la eliminación del invernadero original para así crear más habitaciones. Así con el paso de los años, la casa empezó a ser alquilada a otras familias y, finalmente abandonada a su suerte. El paso del tiempo y la falta de cuidado dejaron el edificio en un estado deplorable.
En 1969 el edificio se declaró Bien de Interés Cultural y, tras un cambió de propiedad, entre 1987 y 1988 se llevaron a cabo unos intensos trabajos de restauración, recuperando el aspecto inicial y levantando el invernadero actual como una interpretación de como fue el original.
Una vez rehabilitado, entre 1989 y 2009 el edificio funcionó como restaurante, pero los propietarios actuales consideraron que debían hacer un cambio más respetuoso con el patrimonio.
En 2010 el recinto reabrió como una casa-museo, buscando conseguir dos objetivos: por un lado, lograr una conservación mejor del propio edificio, respetando lo máximo posible a la propia casa y, por el otro, permitir que los visitantes puedan conocer de un modo más profundo la genialidad que esconde esta construcción.
Nosotros creemos que es, sin duda, una visita obligada no sólo para el turista, si no también para los locales que poseen una joya arquitectónica e histórica en uno de los municipios más visitados, Comillas.
No dejéis de visitar la web de El Capricho de Gaudí.
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