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SANTILLANA DEL MAR

SANTILLANA DEL MAR


Santillana del Mar goza de una situación privilegiada dentro de la comunidad cántabra. La villa se encuentra próxima a las principales vías de comunicación y se puede llegar a ella a través de todos los medios de transporte. La excelente conservación del patrimonio histórico no hace de Santillana una villa anclada en el pasado, si no que la empuja a continuar evolucionando y convertirse en uno de los mayores focos de actividad cultural de Cantabria. Un lugar de reunión, de exposición, de congresos y de arte, que sobre su vibrante pasado no deja de mirar al futuro.

La hoy conocida como Colegiata de Santa Juliana tiene su origen en la expansión del antiguo monasterio del mismo nombre, a mediados del siglo XII. Fue construido por un grupo de monjes para contribuir a la repoblación de la zona y crear una pequeña ermita en la que exponer las reliquias de la mártir Juliana, que traían consigo.

 

Fotografía de Silvia Ramón.

 

Por aquel entonces la aldea toma el nombre del monasterio: “Sancta luliana”, que declinó en la actual Santillana.

Hoy en día no se conservan restos delmonasterio primitivo. Se supone que era una sencilla construcción de piedra con ábside rectangular y cubierta de madera, a semejanza de otras edificaciones visigóticas o mozárabes. De la estructura actual destaca la iglesia, de estilo románico influenciada por las corrientes del sur, a partir del paso delCamino de Santiago por las provincias de Burgos y Palencia. Su fachada principal se encuentra orientada al sur y precedida de un amplio atrio, cuenta con un arco de medio punto rodeado de arquivoltas con un friso que representa al Pantocrator y una hornacina con la imagen de Santa Juliana en el friso. Sus capiteles reflejan una gran variedad de motivos florales y figurados, ambos representativos de la iconografía románica.

Cabe destacar su retablo mayor, realizado entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI y que mezcla elementos del gótico flamígero y del plateresco.

El claustro se encuentra situado en la fachada norte del conjunto y sus capiteles muestran los principales elementos decorativos utilizados en la época, florales, geométricos y figurados. Predominan los arcos sobre dobles columnas, aunque también se encuentran pilares de cuatro columnas, que hacen las funciones de separadores de temas. Entre los temas representados se encuentran escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.

En Santillana del Mar, la arquitectura es un buen ejemplo de las épocas medieval, renacentista y barroca. En pocos metros podrá contemplar gran número de edificios emblemáticos y representativos de estos periodos. Les proponemos dos recorridos por las calles de nuestra villa que le permitirán descubrir y disfrutar del amplísimo patrimonio artístico: Ruto Medieval y Ruta Renacentista y Barroca.

 

SANTILLANA MEDIEVAL

La Alta Edad Media es el periodo en el que se inicia la evolución demográfica, urbanística y artística de Santillana del Mar que la ha llevado hasta nuestros días.

 

Tras la construcción de la abadía de Santa Juliana, en el siglo IX, Santillana comienza a convertirse en un centro de gran importancia económica y religiosa.

El desarrollo urbanístico se produce entorno a la que pasaría a ser colegiata de Santa Juliana y a lo largo de la conocida como calle del Rey, actualmente dividida en las calles del Río, Cantón y Carrera. De esta época también es la creación de la actual calle de Juan Infante, que dirigiéndose hacia la plaza del Mercado (hoy Plaza Mayor), conforma la distribución urbanística actual de Santillana en forma de “Y”.Las construcciones más representativas de este periodo son las torres del Merino y Don Borja, ambas de estilo gótico y carácter militar. La primera fue la sede del merino, representante del rey, desde que en 1209 se concediera a Santillana la capitalidad de las Asturias de Santillana, que abarcaba toda la zona occidental de la actual Cantabria excepto Liébana.Otros edificios iniciados en esta época son la Casa de Leonor de la Vega, madre del primer Marqués de Santillana y la Torre de los Velarde.

 

SANTILLANA RENACENTISTIA Y BARROCA

Los ejemplos más destacados de arquitectura renacentista en Santillana son el Palacio de Velarde, ubicado en la plaza de las Arenas. De mediados del siglo XVI, destaca por su fachada con hastial escalonado y pináculos decorativos y por su balcón plateresco con ancho dintel y columnas abalaustradas. En la Casa de la Parra se repite el mismo remate en pináculos propio de la época.

Fotografía de Silvia Ramón.

 

En la época barroca se produce una paulatina consolidación del carácter religioso de Santillana del Mar. La orden de los dominicos intenta instalarse en el Palacio de Las Arenas a finales del siglo XVI, pero al encontrarse con la oposición de los canónigos de la Colegiata de Santa Juliana, se instalan en las afueras de la villa bajo la protección del Duque del Infantado, construyendo el Convento de Regina Coeli, que hoy acoge la sede del Museo Diocesano de Santander. Desde el punto de vista artístico, el convento sigue un modelo de tradición gótica, ya influido por el estilo renacentista herreriano.En el siglo XVII se construye el convento barroco de las dominicas de San Ildefonso.

El resurgimiento de Santillana del Mar, gracias al dinero procedente de América, coincide con la construcción de casonas montañesas y palacios en los que se conjuga el clasicismo con la ostentación barroca.

 

Fotografía de Silvia Ramón.

 

Son claro ejemplo de este tipo de construcciones la casas de los Villa, los Bustamante, los Tagle o la más que destacada Casa de los Hombrones.

Además de por su estilo arquitectónico, cabe destacar la presencia del Palacio de Peredo Barreda, hoy sede de la Fundación Caja Cantabria, que ha sido restaurado recientemente. De él cabe resaltar el gran valor de su biblioteca, el mobiliario, sus colecciones genealógicas y sus valiosas pinturas neoclásicas.

 

Fotografía de Silvia Ramón.

 

También son de esta época edificios tan representativos como el edificio de la hoy Casa Consistorial, la Casa de Valdivieso, la Casa de Sánchez-Tagle o laCasa de los Barreda-Bracho, hoy convertido en el Parador Nacional Gil Blas. En el casco histórico de Santillana cuatro fuentes y un lavadero y abrevadero, perviven en sus calles desde el SXVI. 

De todos el lavadero y abrevadero es el más conocido y reproducido en fotografías por su emplazamiento, que tiene como marco principal la fachada de la Colegiata de Santa Juliana y, a su espalda, el arco de la casa de Quevedo, que permite el desagüe del manantial que aflora junto al lavadero. En esta misma calle, y adosado al muro del actual museo de la tortura, encontramos una de las fuentes cuya ornamentación, jarrón enmarcado en una hornacina, es de estilo barroco del S. XVII. De iguales características y decoración es la de la calle Gándara, ubicada a la entrada de la villa. En la Plaza Mayor está otra de las fuentes. Su decoración, también barroca, enmarca su caño en varios cordones trenzados. La última, en el campo Revolgo, aunque de igual fecha que las anteriores, ha sido decorada recientemente con una obra del escultor Jesús Otero.

 

Fotografía de Silvia Ramón.

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