VIRGEN DE LUZ, PATRONA DE LIÉBANA
Aunque la festividad es el 2 de mayo, la procesión hasta el barrio de Aniezo comienza el 24 de abril. En la capilla permanece hasta el día siguiente, y es trasladada a la iglesia parroquial de Aniezo y comienza la novena.
Pero ¿cuál es la historia de La Santuca?
Esta es sólo una de las versiones que hemos encontrado, seguro que la verdadera historia se encuentra entre todas ellas, pero no podemos saberlo con exactitud.
Hacia el 1487 una niña se encontraba cuidando su ganado, pero éste se dispersó en la niebla. La niña intentó reunir al ganado, pero se acercaba la noche y al ver que no lo lograba, se echó a llorar y entre lágrimas rezó: “Ampárame Dios mío, socórreme con tu luz, Virgen María”. En aquel momento escuchó una música dulce, como de Ángeles. Miró al lado de donde percibía los sonidos y vio a una Señora, sosteniendo en el brazo derecho a un Niño de encantadora hermosura. La Virgen con el Niño en brazos.
La Virgen le ordenó que bajara a Aniezo e indicara al cura de la parroquia que subiera y mandara limpiar la maleza que cubría la entrada de una cueva y que debían cavar allí donde encontrarían una imagen a la que dedicar un santuario para recibir el pueblo gracias especiales. La niña abandonó a su rebaño y bajó al pueblo.
Algunos dicen que por el camino se le presentó el diablo vestido de peregrino y la niña se encomendó a la Virgen y el diablo desapareció.
Al llegar al pueblo, el cura no la creyó, y la niña volvió a subir a buscar a la Virgen. la Virgen nuevamente le hace el mismo encargo. La pequeña pastora le dice que no la van a creer y la Virgen le estampa con sus dedos una cruz en la frente para ahuyentar al demonio de regreso a Aniezo. Ante este signo, el cura de Aniezo cree el relato de la pequeña y al amanecer del día siguiente, acompañado por los vecinos suben a la falda de Peñasagra donde encontraron la cueva y la imagen. La llevaron a la parroquia y con las limosnas y el trabajo personal de los devotos, se edificó, en muy poco tiempo, una ermita en el mismo lugar de la aparición, donde quedó la pequeña pastora como cuidadora del santuario.
Cuenta la tradición que la ermita se tuvo que reconstruir y se pensó en bajarla Las Cagigas, para que el acceso a la ermita de los fieles fuera más sencillo, pero los materiales que por el día reunían en ese lugar por la noche volvían al anterior. Así que, los trabajadores desistieron y reconstruyeron la ermita en el mismo lugar.
El santuario se encuentra a media ladera de Peña Sagra a 1.500 metros de altitud.
La imagen es de talla gótica realizada en piedra de alabastro (piedra blanca y translúcida, parecida al mármol, que se trabaja fácilmente y se usa en escultura y decoración) de procedencia inglesa. Mide 23 centímetros de alta y 27 la peana, es muy pequeña y es más voluminoso el manto que ella. Fue coronada canónicamente por el obispo de Santander don Juan Antonio del Val el 2 de mayo de 1991. Juan XXIII la había nombrado en 1960 Patrona de Liébana. El 2 de mayo, tras la misa, sale de Aniezo, pasa por Cambarco, Frama, Potes y llega a Sto. Toribio. En cada término municipal se une el pendón parroquial y las cruces procesionales, los alcaldes chocan los bastones de mando y, sucesivamente, recoge las andas el edil del siguiente municipio. |
En Santo Toribio, el Lignum Crucis bajo palio sale al encuentro y acompaña a “La Santuca” al interior del templo, se celebra una misa y exposición del Lignum Crucis. Más tarde, se inicia el regreso. La Virgen es bajada a la parroquia de Potes donde se reza el rosario y retorna a Aniezo, y el día 4 vuelve a su casa en la ladera de Peña Sagra, se queda en los corazones de los lebaniegos. |
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Son 28 kilómetros que la convierten en la procesión más larga. Durante toda la procesión, la Virgen está siempre rodeada de flores, cantos, oraciones y emoción.
Es una manera de unir en el mismo sentimiento a los lebaniegos. Y la mejor explicación de esta devoción se lee en la poesía de Soco Sandi
Se sabe que ya en el siglo XV se realizaba la procesión del 2 de mayo a Santo Toribio. Se conservan los libros de fábrica de 1671, según alguna versión, y sobre todo desde el siglo XVIII.
En el año 1920 el sacerdote, don Carlos Fernández, reunió bastante material y escribió el librito “Nuestra Señora de la Luz de Liébana, venerada en las montañas de Peña Sagra: historia, novena y auto”. Un libro que tuvo mucha aceptación entre los fieles.
Para la realización de este post hemos consultado diferentes fuentes:
http://www.valledeliebana.info
https://turismodecantabria.com
https://turismoruralremona.es
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